I. En la bóveda próxima a la pared izquierda del Batisterio está representada la primera verdad de fe contenida en el Credo: ‘CREDO IN DEUM, PATREM OMNIPOTENTEM, CREATOREM CAELI ET TERRAE’ (Credo en Diós, Padre omnipotente, creador del cielo y de la tierra), atestiguada por la imagen del Eterno, con la mano derecha levantada hasta el cielo. Es verísimil suponer que con la izquierda, perdida por el desgaste de la pintura a fresco, indicase la tierra. Diós, sumergido en una esfera de luz, a significar el mundo, aparece entonces representado en calidad de Creador de las cosas divinas y de las terrenales: por eso Él quiere indicarnos con una mano el empíreo y con la otra la tierra, según una tipología que vuelve con insistencia en los ciclos seneses representantes el Credo.
II. La escena próxima a la pared del fondo, como indica la inscripción de la filacteria presentada por el apostol Andrés, representa el segundo Artículo de fe: ‘ET IN IESUM CHRISTUM FILIUM EIUS UNICUM DOMINUM NOSTRUM’ (Credo en Jesús Cristo, su único Hijo, nuestro Señor). Empieza por aquí, entonces, la representación del Símbulo apostólico concerniente la figura di Jesús Cristo, realizada en postura perfectamente frontal, embozada en el manto que deja ver la herida en el pecho.
III. La tercera, como relatan las palabras del papelito ‘QUI CONCETTUS EST DE SPIRITU SANCTO, NATUS EX MARIA VIRGINE’ (que fué concebido por el Espíritu Santo, nacido de la Virgen María), indicado por Santiago el Mayor, representa el anuncio de la encarnación del Verbo hecho por el Arcángel Gabriel a María.
En correspondencia, Isaías, uno de los cuatro profetas mayores, declama: ‘ECCE VIRGO CONCIPIET ET PARIET FILIUM’ (Y la virgen concebirá y parirá a un hijo). La escena representa el Arcángel Gabriele, mensajero de Diós, enrodillado enfrente de la Virgen que se retira en un movimiento de cautela y humildad.
IV. En la cuarta y última bóveda se expresa la Pasión y la muerte de Cristo: ‘PASSUS SUB PONTIO PILATO, CRUCIFIXUS, MORTUUS ET SEPULTUS’ (Sufrió bajo de Ponzio Pilato, fué crucificado, murió y fué sepultado). El Artículo ahora está formulado por el apostol y evangelista Juán, al cual se acorda la profecía de Ezequiel ‘SIGNA THAU GE[ME]NTIUM’: según una venerable tradición difundidamente averiguada en ámbito patrístico, la forma de la lettra griega tau corresponde a la cruz; en esta manera el paso de Ezequiel se puede interpretar como un referimiento a la salvación del género humano a través del sacrificio de Cristo. En la bóveda reconocemos tres momentos de la Pasión: la flagelación, la crucifixión y la sepultura. Domina la representación el primero de estos episodios: Cristo, atado a la columna puesta al centro de la escena, está golpeado, mientras Pilatos asiste sentado, con la corona de laurel, símbulo de su autoridad. En la parte de arriba está representada la crucifixión y en la esquina derecha de la bóveda hay una sintética representación de la sepultura: Cristo dejado en el sarcófago con el cuerpo embozado en vendas.