La Basílica de San Francisco
Los Franciscanos
Después de la muerte de San Francisco, la Orden franciscana de los frailes menores se dividió entre los Espirituales (que proponían una interpretación radical de la regla de San Francisco y muy pronto se transformaron en la secta erética de los”Fraticelli” excomulgada por el Papa Juan XXII en 1318) y los Conventuales (que, como indica el mismo término, prefirieron una vida unida al monasterio llegando a ser un verdadero punto de referencia para la población de las ciudades, en continuo crecimiento).
Después de estas divisiones,se originaron muchas reformas en la Orden.
En 1334 nació la Orden de los Observantes: estos querían seguir la regla de San Francisco en la manera más rígida posible, sobretodo en lo que respecta a la pobreza franciscana.
La relación entre los Conventuales y los Observantes vivió momentos de gran dificultad: en 1446 el Papa Eugenio IV concedio a los Observantes, reconocimiento y autonomía hacíendoles notar su preferencia, la cual fue desmentida por el Papa Sixto IV que intentó favorecer a los Conventuales.
Este problema encontró una solución en 1517 cuando ambos grupos unificados con todas las ramas reformadas franciscanas, fueron reunidos por el Papa León X en una única Orden de los frailes menores.
Posteriormente, se originó una nueva tentativa de reforma con la difusión de los Capuchinos, llamados así por el largo capucho que vestían. Comportándose como los Observantes, proponiendo una fidelidad absoluta de la primera regla de San Francisco, un estilo de vida contemplativo y austero, fundado en la pobreza radical.
Además de la Orden de los frailes menores, llamada también del Primer Orden, se difundió la Segunda Orden es decir, la Orden femenina de las Clarisas fundada por Santa Clara de Asís. A estas dos ordenes, se añadió la Tercer Orden, es decir hombres y mujeres, laicos, que no debían respetar el voto de castidad, pobreza y obediencia, que no habían recibido el sacramento del Sacerdocio y que se limitaban a vivir en la pobreza y en la penitencia, dedicándose constántemente a el cuidado de los enfermos según el ejemplo de San Francisco.
Papa Nicolás IV reglamentó este consistente grupo de fieles en el año de 1289 con una bula que autorizaba su existencia y su preciosa labor.
Hoy, gracias a las decisiones del Papa León XIII a finales del siglo XIX, los Franciscanos están definitivamente divididos en: Primera Orden; que incluye la Orden de los Frailes menores, Conventuales y Capuchinos; Segunda Orden, la Orden de las Clarisas y Tercera Orden que incluye a los Regulares y a los Seculares.