El hábito de las monjas agustinas, símbolo de pobreza, castidad, modestia y decoro, cambiaba en cada país y en cada monasterio pero usualmente era así:
-una saya de lana negra ancha y estrecha a los lados, con un cinturón, cerrada hasta el cuello y larga hasta los pies
-un escapulario de lana negra, que debía bajar enfrente y detrás
-unas solapas de lino, ni encrespados ni transparentes, cosidos a la saya
-una venta di lino blanco, tendida en la frente que sirvía como base para apuntar el velo
-un velo de tejido negro y espeso que cubría toda la cara ya que las monjas no podian ser miradas por los hombres
-zapatos altos de cuero con planta de corcho y cerrados con agujetas negras
Las monjas además debian llevar el pelo corto que no se pudiera ver desde la venta o desde la solapa.