Benedetto di Bindo (?) (1389 apróx. – 1417)
Principio del siglo XV
A lo largo de la pared derecha, dentro de un nicho rodeado por un arco con las figuras del siglo XVI que representan a los Santos Lorenzo y Onofrio, encontramos el fresco con María Asunta en cielo. La figura de la Virgen se ha perdido totalmente pero están bien conservadas las otras partes de la composición, entre las cuales se reconocen a Santa Lucía teniendo en mano un plato con los ojos y Santa Catalina de Alejandría que lleva como signo de reconocimiento la rueda dentada que fue uno de los instrumentos de su martirio. La Virgen Inmaculada, exonerada de la Culpa Original y da cada mancha de pecado, terminada su existencia sube hacia la Gloria Celeste en alma y cuerpo, dejando como único testigo material de su vida terrenal el cinturón de su vestido. En Cielo, la exalta el Señor como Reina del Universo rodeada con un coro de ángeles. Siendo que de María nació Jesús; su Hijo deja subir al cielo el cuerpo por el cual él mismo tomó la vida.
Como la salvación de Cristo, se concluye con la resurrección, también la victoria de María sobre el pecado se completa con la victoria sobre la muerte, gracias a la glorificación del cuerpo.