Los ordenes mendicantes representan una grande novedad en la historia, un nuevo modelo de vida cristiana, inspirado por el Espíritu Santo en el siglo XII. Hasta entonces el Monaquismo, nacido en el momento en que se acabó la época de los mártires, representaba el ideal de la vida cristiana, signo de dedición total a Dios. Los monasterios eran oásis seguras en la época de las invasiones . . .