Bajando las escaleras situadas a la izquierda del atrio de entrada, se llega al Oratorio del Dormitorio que ingloba la celda donde la Santa rezaba y descansaba: en su interior, se puede ver, protegida por una reja de hierro, la piedra donde ella apoyaba la cabeza.
A la Santa, de niña le gustaba retirarse en este lugar para dedicarse a la contemplación y a la penitencia. Fue aquí a los siete . . .