Este ambiente comprende el espacio ocupado por la cocina de la familia Benincasa. Detrás de la reja colocada debajo del altar, son visibles aún los restos del hogar: fue precisamente en este hogar encendido donde Santa Catalina, en éxtasis, cayó quedando milagrosamente ilesa. Entre estas paredes domésticas, la Santa transcurrió la primera parte de su vida en continuas oraciones, . . .