La historia de la Orden Carmelitana inicia en la lejana Palestina, en Galilea, tierra donde nació Jesucristo. Un grupo de monjes eligió una vida eremítica y se fue vivir cerca del monte Carmelo, un lugar lejos de las tentaciones del mundo, siguiendo el modelo de vida del profeta Elías: empezaron a vivir en el silencio, rezando y contemplando a Dios, en soledad, meditación, penitencia, . . .