Los primeros que acogieron nuestra propuesta para hacerse conocer con entusiasmo y simpatía fueron los niños. De su fantasía y sensibilidad nacieron dibujos y poesías de los cuales sale una imagen colorada y viva de la iglesia, rica de mensajes importantes y a veces sorprendentes y sobre todo, la idea dominante es que la iglesia es de ellos y no del Palio.