La casa, situada en el territorio de Fontebranda que pertenecía al Gremio de la Lana, se articula en tres niveles. En la primera mitad del Trecento, la alquilaron al tintorero Jacopo Benincasa, padre de Catalina, como almacén para teñir las telas y como vivienda de la numerosa familia.
Más tarde, otro tintorero adquirió el edificio, hasta que en 1466, después de la canonización de . . .